sábado, 20 de enero de 2007

María Antonieta

María Antonieta no es, ni de coña, una película moderna. Tan sólo una peli de época más. Los vestidos son bonitos y está rodada en Versalles. Punto. Sólo tiene dos cosas transgresoras: unas Converse que salen durante medio segundo y la música. De las zapatillas, claro, no voy a hablar. Es un poco idiota pensar que algo tan ridículo y anecdótico condiciona el espíritu de toda la cinta. Hablemos, pues, de la música.

Sofía Coppola ha filmado una historia de hace dos siglos con canciones de hace dos días. En la película suenan Strokes, The Cure y New Order, por citar sólo algunos de los que yo, que aspiro a ser muy molón, reconocí. La pregunta es: ¿tenemos que pensar que sólo por eso ya hay un discurso moderno? A mí, la verdad, me parece que no. Soy de los que piensan que la banda sonora es un complemento, una pátina, en toda película que no sea un musical. Si un director basa su narración en el trabajo de un músico, entonces no es digno de llamarse director, sino farsante. ¿Y Sofía Coppola? Bueno, ella está a mitad de camino. Las canciones de María Antonieta funcionan bastante bien porque ayudan a potenciar determinadas emociones, pero hay un problema: son lo único fresco de la película. No existe un trabajo de dirección que sugiera algo parecido a la música de Gang of Four, y eso hace que lo de los grupos quede en anécdota. Prefiero mil veces la coherencia de, digamos, Forrest Gump, que también tiene una música guay.

A partir de aquí surge otra pregunta: ¿cómo tendría que ser la película para estar al nivel de su banda sonora? ¡Uf! Evidentemente, si conociera la respuesta no habría ido a verla. Me resulta muchísimo más fácil describir cómo no tenía que haber sido. Por ejemplo: tengo muy, muy claro que es una cagada confundir cine con videoclips. Cuando algún director hace un montaje al ritmo de la canción que ha escogido, siempre pienso que todos estaríamos más felices si se hubiera dedicado a seleccionar pienso para gatos. Hay películas soberbias como Trainspotting o Corre, Lola, Corre que traen música techno y que, sin embargo, no tienen un montaje frenético. Sofía Coppola, por suerte, apenas me mareó con cambios de planos. ¿Y qué más? ¿Qué otras formas de utilizar mal la música se me ocurren? Básicamente, el uso efectista. O el abuso, debería decir. Ya expliqué antes que una canción puede ayudar a potenciar una sensación, pero… ¿tiene que potenciar todas las sensaciones? ¿Es necesario que cualquier secuencia traiga incorporada una canción? Hay momentos en María Antonieta, sobre todo los paseos en carroza por el bosque, donde la música te jode la emoción. Si tenemos en cuenta que la película pretende ser algo así como un retrato del aislamiento, ¿no funcionaría mucho mejor el silencio? En cine, señores, callarse puede ser mucho más impactante que tirar de watios.

Para terminar, una última reflexión. Este artículo no estaría completo si no dijese que me distrae bastante escuchar en una peli las mismas canciones que oigo en la ducha. Ya hemos discutido eso en Sindrogámico, pero como sé que es un tema caliente lo saco de nuevo. No entiendo a aquellos que se retuercen de placer cuando las películas llevan una música que conocen perfectamente. En el fondo creo que es un poco onanista. “Yo con lo que más disfruto es con lo mío”, deben de decir. ¡Chúpate esa! Pues bien, yo digo todo lo contrario: cuando voy al cine me apetece olvidarme de quién soy y ser alguien completamente nuevo. Por mucho que me gusten The Cure, Plainsong me hace pensar en todo lo que sufría cuando tenía 15 años, y no en todo lo que sufre la pobre María Antonieta.

Ya está. Para más información consulten Carne Digital, que también está lleno de sabiduría.

8 comentarios:

n. dijo...

Puf, es todo un debate lo de las música en las películas. A mi, por una parte, me gusta escuchar música que conozco en una película, pero por otra parte no puede evitar pensar en lo poco original que me parece que un director con todo el tiempo del mundo para explorar escuche la misma música que puede oír un gañán como yo. Es cierto que cada uno de nosotros tiene unas sensaciones ya asociadas a la música que conoce, pero también es cierto que tras Lost in translation, una canción como Just like honey de The Jesus and Mary Chain me despierta unas sensaciones totalmente nuevas. Sobre María Antonieta, cada vez me da más pereza...

Anadja dijo...

Como ya dije en cuanto aparecieron los créditos finales, esta es una peli de una pijaza moderna sobre una pijaza antigua... De torre de marfil a torre de marfil.
Y creo que la cuestión de la música consiste en no abusar de los hitazos; la utilización puntual de "Just like Honey" me conmueve, de hecho me pareció de lo mejor de la sobrevaloradísima "Lost in translation", pero utilizar como banda sonora una sesión de DJ Amable, que es lo que sucede en María Antonieta, ya es otro cantar.

Querida Sofía, la próxima vez que quieras ser moderna, haz el favor de intentar contar algo. Dile a tu ex que te ponga en contacto con Michael Gondry- tengo entendido que son amiguetes- él es muuuuuuuuuuuuuucho más moderno que tú y además cuenta historias preciosas.
Lo siento mucho Sofi, pero lo nuestro es imposible, nuestras sensibilidades simplemente no conectan.
Con "Las Vírgenes Suicidas" me la colaste, es verdad. Tanto que llegué a escribirme el nombre del chico que me gustaba en la ropa interior, tal y como hacía Kirsten Dunst para conjurar el amor de Trip Fountain. A pesar de que el sufrimiento de aquellas niñas se me presentara, en tus manos, demasiado naive.
"Lost in translation" me pareció una tierna historia de amor entre un madurito "loser" de medio pelo y una rubia sosa y monjil. Me dejó fría, su soledad no consiguió confraternizar con la mía. Y doy gracias a Dios o a quién sea por haber puesto en el mundo a Mikto Kuai, la única persona que conozco que no alaba hasta la saciedad la peliculita de marras.
"María Antonieta" es insípida. Punto.

Pero no, Sofi, no te enfades conmigo, al fin y al cabo, aquí estoy en la redacción de mi trabajo de mileurista, mientras tu debes de estar comprando bolsos de Marc Jacobs.
¡Porca miseria!

Anónimo dijo...

Pues con tu comentario, lo tengo difícil lo de no enfadarme, rica.

mikto kuai dijo...

jo jo jo jo, muy buena tu "carta a Sofia Copolla" Anadja, hasta tenemos un comentario de la mismísima Sofi, porfa Sofi, no te mosquées mujer; olvidaré todas mis reticencias, te voy a dar una nueva oportunidad e iré a ver tu Maria Antonieta al cine, aunque si la peli no fuera de época lo ibas a tener crudo hermosa... Es cierto que Lost in Translation no me gustó, por momentos me pareción incluso sonrojante, eso sí, también considero que tiene momentos brillantes. Veremos qué nos depara esta.

n. dijo...

Pues yo nunca he podido con Las vírgenes suicidas. Me parece como la música de Air que la acompaña: válida como fondo, melíflua y con un aire a anuncio de compresas que me irrita profundamente. O sea, estética vacía. Nunca entendí que la crítica la aplaudiera tanto...

Sin embargo, Anadja, creo que yo debo estar entre los insoportables que alaban Lost in translation. Es cierto que hay partes realmente prescindibles (tiene ese punto de vista de turista pijo americano condescendiente; por ejemplo, la escena de la ducha es totalmente estúpida), pero tiene 4 ó 5 escenas que a mí al menos me encantan: el "Just like honey", el karaoke, la conversación de los dos tumbados en la cama, etc. En fin, quizás sea una película para viejunos masculinos de medio pelo... :)

Anadja dijo...

Nada de eso, n., estaba exagerando un poco para crear polémica, jeje, igual que hace Rfa cuando se pone reaccionario.
A mí también me gustan esas escenas de las que hablas, especialmente el secreto al oído mientras suena "Just like honey"... Pero la peli me sigue dejando a medias...

Eduardo dijo...

Más que intentar contar una historia, la peli es como un ejercicio de estilo, del estilo de la directora, del dtor. de fotografía y los demás, comenzado ya en Lost in Translation. Y en ese sentido sí se me hizo agradable.


Pero la historia, la narración, los personajes, pueden ser ya un mundo aparte, al igual que en LiT.


Pensad que Sofia Coppola tiene la ventaja de no tener que convencer a nadie con sus películas, puede hacer lo que la de la gana, sólo para su gusto y el de su equipo, la producción la tiene asegurada.

rinconete dijo...

¨esta es una peli de una pijaza moderna sobre una pijaza antigua... De torre de marfil a torre de marfil.¨
Excelente! En realidad toda la obra de SC es la de la princesa mirando a través de los barrotes de su jaula dorada. A veces con más talento, como en Lost in traslation, a veces con menos brillo como en NY Stories. ´