lunes, 19 de febrero de 2007

¡Ay, qué estrés! Queda tanto por hacer...

¡Ha comenzado el año del cerdo! ¿Debería escribir cerdo con mayúscula? Bueno, dejémoslo. Parece que es en este año cuando los chinos prefieren tener a sus hijos, vamos, que se van a poner que ni que fuera el año del conejo... En fin, lo triste de todo esto es que en china las niñas no tiene mucha suerte, y no creo que por ser el año del cerdo la cosa vaya a cambiar mucho para ellas. ¿Pero tenemos aquí nosotros una situación mejor para nuestras féminas?

Veamos a esas niñas nacidas en los setenta en España. Veámoslas con su carrera ya terminada, trabajando, hablando inglés, dueñas de su sexualidad, con una pareja con la que compartir algo más que las tareas domésticas, con una casa, un coche y una tarjeta de crédito propios, etc. Una buena panorámica, todo padre y madre estaría orgulloso de ellas, ¿verdad?

Y así es, ellas van con la barbilla por delante, pero solo hasta que toman una decisión, posiblemente la decisión: tener hijos. En ese momento muchas de estas fantásticas damas deberán bajar la cabeza, esconderse, silenciar, hacerse prácticamente invisibles, rebajar su nivel de dignidad... ¿Por qué? Por una sencilla razón: el miedo a perder.

Os lo voy a explicar con un caso verídico.

Es el de la hija de una vecina de mi madre, treintañera, con pareja estable, ambos trabajan, ella de ejecutiva en una agencia de publicidad de renombre y él no sé donde, pero tiene un buen puesto, algo como de comercial o por el estilo en una gran empresa. Una pareja modelo que no tendría que temerle nada la vida. Pues bien, el caso es que ellos están ahora embarazados y la reacción que han tenido ambos en sus respectivos trabajos al respecto de su embarazo ha sido totalmente diferente, ¡qué digo! ha sido absolutamente contraria. Mientras que ella está temiendo el momento en el que no pueda más y tenga que contarlo, él no ha esperado un solo segundo para cantarlo a los cuatro vientos.

¿Por qué ella no lo ha dicho en su empresa? Bien, a ella le habían prometido una subida de sueldo a primeros de año por los excelentes resultados durante el año pasado, así que, por si acaso, no ha dicho nada.

¿Por qué él sí lo ha dicho en su empresa? Bien, él no solo lo ha dicho, sino que además se ha echado un órdago de estudiante de primero de carrera: le ha contado a su jefe que en otra empresa le han ofrecido un trabajo en el que el sueldo era sustancialmente mayor que el que tiene ahora y que con la expectativa del hijo lo sentía mucho pero lo del dinero le iba a venir muy bien... Al día siguiente tenía una nota de RR.HH. ofreciéndole una subida de sueldo.

¡Toma ya!
(La pronunciación es lenta, abriendo bien las vocales, arqueando las cejas y con los ojos a punto de salir de las órbitas.)

¿Qué os parece? A mí de siglo XXI no me parece mucho, la verdad. ¿Qué triste no? Pensamos que las revoluciones ya están acabadas, que pertenecen a otras épocas, que a nosotros no nos toca ya hacer nada, que esos personajes históricos y nuestros padres ya se encargaron, como de casi todo, de hacerlas por nosotros. ¡Pues no!

Yo tuve una profesora, a la que adoraba, que nos aconsejaba muy sabiamente que si en una entrevista de trabajo nos preguntaban por nuestras expectativas de futuro en cuanto a pareja, hijos o cualquier otra pregunta sospechosa, mintiéramos como unas bellacas y que luego nos casáramos, tuviéramos hijos o lo que nos diera la gana, pero que eso no nos impidiera conseguir el puesto. Yo, como os he dicho, la adoraba, y siempre la agradecí el consejo, aunque afortunadamente nunca he llegado a necesitarlo. Ahora pienso que ojalá pronto llegue el día en el que a ella ya no le haga falta dar ese tipo de consejo a sus alumnas.

Pero hasta entonces, queda tanto por hacer...

8 comentarios:

Sergio dijo...

La que no tiene enchufe, la que no tiene la misma inútil títulación que el jefe, la que no quiere quedarse en la oficina fingiendo trabajar hasta las tantas, la que trabaja bien pero no se autopromociona, la que no llora y no mama, la que está dispuesta a trabajar duro y bien pero no tendrá la oportunidad porque nunca van a echar a los inútiles sobrepagados que ya están dentro, la que es fea y no da la imagen, la que cuestiona los métodos, la que se rebela el acoso sexual o de otro tipo, la que no obtiene el trabajo por ser demasiado vieja o por estar sobrecualificada, la que denuncia estas injusticias, la que no puede arriesgarse a tomar un empleo inseguro o mal pagado porque no tiene a papá para sostenerla económicamente mientras se hace sitio en la empresa, etcétera, etcétera.

Mucha gente nunca tiene una oportunidad en el injusto y discriminador mundo laboral. Mucha gente tiene que tragar mucho para crecer en la empresa o daña su futuro por negarse a hacerlo.

El que una persona -tras haber conseguido prosperar- esté dispuesta a arriesgar libremente su posición e independencia personal para traer un niño a este mundo puede ser digno de elogio o lástima, pero no deja de ser una elección personal.

n. dijo...

Cada vez estoy más convencido de que mi hermana tiene razón, ella opina que no habrá igualdad hasta que no obliguen a los hombres a tomarse 4 meses cada vez que sean padres.

Relacionado pero algo más frívolo, me ha impresionado este titular, toda una declaración de intenciones que también da lugar a debate. Hay que joderse, parece que tampoco hace falta cerebro.

Anónimo dijo...

La verdad es que lo de los certámens de misses cada vez me parece más un ritual ancestral que otra cosa... Pocas cosas me repelen más que eso.

Y es acertada la reflexión de tu querida hermana, n. Yo también lo pienso, pero por alguna oscura razón no se reivindica lo suficiente.

Antikhristas dijo...

Magapola, has abierto uno de los debates que más me enciende.
El año pasado escuché en una ponencia sobre legislación laboral decir que las mujeres nos quedamos embarazadas tarde y teníamos malos embarazos que nos obligaban a estar de reposo absoluto...como si una mujer prefiriera pasarse 9 meses en la cama! Probablemente ese señor sea padre y esté muy orgullosos de tener hijos...el colmo del cinismo!
N., yo pienso exactamente igual que tu hermana. Si se obliga a los padres a coger 16 semanas de baja nadie se plantearé no coger una mujer.
Pero no hay que desesperar, creo que estamos en buen camino: por fin los padres tienen baja de paternidad!!!! Sólo son 15 días pero menos es nada...esperemos que todos se los tomen y no se los regalen a sus patronos.

Anónimo dijo...

tekieromagapola

Rfa. dijo...

Hace dos meses hicimos una entrevista de curro a una chica que tenía una hija de año y pico. No podía trabajar con el mismo horario que los demás porque la cría salía pronto de la guardería. Ahora esa chica es la mejor del equipo y me encanta ver la foto de su hija sobre la mesa. Pero sobre todo, me pirra imaginarme lo moderno y molón que resulto al contar esta historia. Sobre todo porque jamás nos planteamos las implicaciones socio-morales que podía tener la decisión. Simplemente nos pareció una tontería desaprovechar a alguien tan listo por un motivo tan tonto.

rinconete dijo...

No está mal la propuesta de baja por paternidad.
Si los hombres pudieran quedar embarazados, es probable que el aborto nunca hubiera sido penalizado.

Anónimo dijo...

Mira que no me gusta pensar así, Rinconete, pero creo que tienes razón...
Por cierto, ayer, 28 de febrero, parece que se ha aprobado algo parecido a una ley que trata de conciliar más la vida laboral y familiar con un permiso para los padres "independiente" del de la madre... Pero no se menciona nada de que sea "obligatorio"... ¿Cuestión de elegir la palabra adecuada?