lunes, 12 de febrero de 2007

La ciencia del sueño.

Me intrigan los “hermanos feos”. El típico hermano feo de alguien guapo. ¿Nunca os ha pasado que conocéis a dos hermanos que se parecen muchísimo, pero uno es guapo y el otro no? Tienen los mismos gestos, la misma forma de la cara, el mismo color de ojos, la misma forma de sonreír… y sin embargo sólo uno de ellos es guapo. En esos casos siempre me hago la misma pregunta: ¿dónde está el secreto de la belleza? ¿Cuál es el truco? La respuesta, por suerte para nosotros, es un misterio. Pero hay veces en que podemos intuirla. Como cuando comparamos La ciencia del sueño y Olvídate de mí, dos películas de Michel Gondry. El director francés regresa después de casi tres años y nos trae una cinta casi igual que la anterior, sólo que mucho peor. O sea: una hermana fea. Y yo, como soy un listillo, voy a explicaros por qué.

1-. Porque es autocomplaciente. La ciencia del sueño es, desde el principio, una película onanista. Michel Gondry ha dejado fuera del proyecto a Charlie Kaufman, el guionista de Olvídate de mi, para que nadie le estorbe en su ejercicio de narcisismo. Y no es de extrañar: la película está tan llena de concesiones autobiográficas y referencias a su obra anterior que cualquier co-guionista le habría mandado a tomar por culo. Aquí encontraréis los peluches del Björkiano Human Behaviour y las manos gigantes de Everlong, el vídeo que hizo para Foo Fighters. Y no sólo eso. En un injustificable acceso de egomanía, Michel Gondry ha filmado la película… ¡en el mismo piso donde vivió hace años! Una cosa es partir de tu propia experiencia para contar otra historia, y algo bien distinto no ser capaz de ver más allá de tu propio ombligo, ¿no? En este sentido, Olvídate de mí era la hermana guapa porque los toques gondrianos –que los había, y eran muchos– estaban al servicio de la narración, y no al revés. Uno no tenía la sensación de que el director hiciera guiños a sus colegas, a su madre o a sus compañeros de piso.

2-. Porque los excesos siempre resultan vulgares. No quiero ni imaginarme la cantidad de películas checas de animación que se habrá pimplado Michel Gondry en el canal Arte. Ni la de horas que se habrá pasado en ese piso de estudiantes, sólo y sin amigos, filmando cortometrajes con muñequitos. Uf… Han debido de ser muchas, porque el tío es muy bueno. Es capaz de construir ciudades de cartón y ríos de celofán que asombran a cualquiera. Pero, una vez más, es demasiado consciente de su don. La ciencia del sueño es un empacho de títeres y maquetas, de fondos pintados y de truquillos artesanales. El sugestivo imaginario visual que tan buenos frutos da en sus vídeos resulta excesivo para un largo. Olvídate de mí vuelve a ser la hermana guapa porque los efectos especiales nunca entorpecían la historia. Las casas se caían o llovía dentro de un cuarto de estar, pero nada chirriaba. Al fin y al cabo, se trataba de un cuento sobre hecatombes emocionales. La ciencia del sueño es casi igual, pero ahora los decorados cantan. Uno tiene la sensación de que sobran trucos, de que donde antes había sutileza ahora sólo hay alarde. Y por eso, como digo, es la hermana fea.

3-. Porque es una película sobre sueños. Desconfío de las historias sin lógica porque son el refugio perfecto para los mediocres. Si te amparas bajo la coartada de lo onírico, podrás hacer lo que te salga de los cojones y todas tus torpezas pasarán por ejercicios de estilo. La ciencia del sueño es, como su propio título sugiere, una película sobre sueños. O lo que es lo mismo: sobre el caos que reina en nuestra mente cuando no la controlamos. Y aquí empieza el despropósito. En lugar de escribir un guión, Michel Gondry nos entrega un puñado de frases ingeniosas, algunas buenas ideas y mucho, mucho desorden. ¿Por qué preocuparse por lo narrativo, si la mente es una especie de olla donde los ingredientes se mezclan al azar? Pues, básicamente, porque la mente en estado bruto es un coñazo. Los sueños son siempre demasiado largos, demasiado inconexos y demasiado caóticos como para interesar a alguien que no sea el que los tiene. Hay que saber contarlos, hay que ordenarlos, hay que ponerles puntos y comas. Tanto Olvídate de mi como La ciencia del sueño son viajes a las profundidades de la mente. Pero mientras la primera es, sobre todo, una historia, la segunda es simplemente un sueño. Por desgracia para nosotros, que lo sufrimos. Es posible que los sueños sean un material potentísimo para escribir películas, pero potencia sin control no es nada. La belleza, queridos míos, está en el orden.


20 comentarios:

Anónimo dijo...

Me has matado (y encantado) con ese fantástico, se mire como se mire, comentario sobre los hermanos feos. Fíjate que no he visto todavía la ciencia del sueño, aunque soy fan hasta la médula de olvídate de mi... pero después de leer esto creo que ya no podré ver la nueva de Gondry con los mismos ojos!

genial comentairo

rinconete dijo...

Despues de Olvídate de mi, confieso que esperaba con impaciencia La ciencia de los Suenos. Con tanta impaciencia que no me había percatado que Gondry había tirado a Kaufman fuera del tren.
Un lástima.

Walter Kung Fu dijo...

Yo tampoco he visto la peli, pero no estoy nada de acuerdo con aquello de que las historias sin lógica son el refugio de los mediocres. No tiene por qué. ¿Cuántas grandes historias ilógicas han sido creadas? Seguro que cada uno de nosotros podría enumerar unas cuantas. Además, ¿qué es lógico? ¿y mediocre? En mi opinión, el problema está en la mediocridad generalizada y no tanto en el tratamiento de la historia.

En cualquier caso, se me han quitado de repente las ganas de ver La ciencia del sueño. Mi natural escepticismo ya me hacía temer la ausencia de Charlie Kaufman.

n. dijo...

La ciencia del sueño tiene todas las virtudes y defectos de un debut (aunque sea su tercera película): demasiadas ideas para el metraje, autohomenajes, autoplagio... demasiado onanismo, como bien has dicho. En algún momento me gustaron su derroche de imaginación y su romanticismo - heredero del de Olvídate de mí - pero en muchas ocasiones tenía ganas de darle un bofetón a Stephàne. Ha quedado bien clara la importancia de Charlie Kaufman en Olvídate de mí, la verdad es que se ganaba mucho con la combinación de las dos personalidades, el cinismo de Kaufman con la inocencia de Gondry.

Miguel Carvajal dijo...

Brillante. Estoy con Pequeño Ibán: escribe más esas reflexiones cotidianas, como la del hermano feo, que son geniales y divertidas. Además, me has jorobado la peli, no sé por qué te he leído. Siempre me he dicho que no quiero leer críticas antes de consumir. De todos modos, a Gondry se lo permitiré, aunque aun no ha llegado a Murcia la peli. Creo.

Anónimo dijo...

Claro, si pensamos en esos seres como "hermanos", seguro que uno es guapo y otro es feo, pero solo por comparación. El hermano guapo, solo podrá ser guapo, más guapo, e incluso echarse a perder. Pero el hermano feo siempre tendrá la oportunidad, mientras madura, de ser interesante. Cuidado con los hermanos feos.

Eduardo dijo...

Uff... vaya decepción. La tenía ganas y pensaba verla este fin de semana. Por lo menos ahora la veré con menores expectativas y quizá defraude menos.


Claro que con Eternal Sunshine el listón estaba muy alto.

Igualmente, genial la reflexión.

mikto kuai dijo...

Yo no creo que la película sea tan autocomplaciente. Hay cosas muy suyas, autobiográficas y demás, en casi todas las obras de un artista las hay, en unas más en otras menos, hay directores que se dedican a hablar de su mundo y en su "idioma", es en el que se sienten más cómodos y en el que pueden expresarse mejor, a esto yo no lo llamo autocamplaciencia u onanismo, es simplemente expresarse de la mejor manera que sabe uno.

Gondry, aparte de pimplarse pelis checas seguro que se ha visto más de una vez Zazie en el metro de Louis Malle, que por cierto emitieron el pasado domingo en La2 de madrugada, como no podía ser de otra forma, ya se encargan que el resto de la parrilla televisiva esté dedicada a la basura, al menos queda un hueco aunque sea a horas intempestivas.

Si que estoy de acuerdo en que los efectos especiales no hilan fino con la historia y la película en general, al contrario que con Eternal...

¿La belleza está en el orden?, me remito a Walter Kung Fu: ¿Cuántas grandes historias ilógicas han sido creadas? Seguro que cada uno de nosotros podría enumerar unas cuantas, yo diría que la belleza esta en el orden, y que la belleza está en el desorden ordenado, vaga la paradoja, y demonios, en el desorden, porque ya se encarga en ciertos casos nuestra mente de "ordenarlo", aunque ese orden sea mentira, ejem, ya se que no me explicado muy bien, esto ha sido un desorden "ordenado" de mi cerebro... en realidad la belleza está en tantos sitios, el problema de verla o no está más bien en cada uno de nosotros, otra cosa es que no funcione lo que se quiere contar, por lo que sea, el por qué uno ve esa belleza o no es un misterio, y te cito a ti mismo Rfa.: el secreto de la belleza es un misterio. Yo en esta película no la intuyo por ningún lado, no he conectado en ningún momento con la película, con lo que a mi me gusta el surrealismo.

En realidad, y pese a que muchos sindrogámicos y tanta gente adora Eternal Sunshine of the Spotless Mind yo no la soporto, me pareció infumable, a la media hora tenía unas ganas locas de salir corriendo de la sala escandalizado ante lo que estaba viendo, y sólo aguanté porque me la recomendaron especialmente. Eso sí, debo decir que tiene (Olvídate de mi) unos primeros cinco minutos alucinantes, un comienzo de los mejores que he visto en una película, maravilloso y hermoso, el resto ya digo, me pareció infumable. La ciencia del Sueño tiene para mi un lastre como la anterior, un poso de infantilidad y adolescencia, que, tal y como ambas están plasmadas y se respiran me resultan bastante irritantes. Por cierto, Gael no me pareció creible en su personaje.

La película no me gustó, aunque eso sí, en esta no quise salir corriendo del cine, quizás eso ya sea algo que me motive a la hora de volver a ver otra de Gondry :-P

Rfa. dijo...

Celebro que os haya entretenido el asunto de los hermanos feos. La línea que separa lo bello de lo feo puede llegar a ser tan fina que da hasta vértigo. Por eso todos los días me pregunto si merece la pena tratar de tener criterio estético.
Respecto al asunto de las "historias sin lógica", Walter, no te confundas: yo no dije que todas fueran refugio de mediocres. Dije que eran refugio perfecto para mediocres. Lo cual no significa que un buen director pueda sacarles provecho. Eso sí, no me negaréis que pone las cosas mucho más fáciles, ¿verdad? Pues eso.

Walter Kung Fu dijo...

Entiendo perfectamente lo que quieres decir, pero no por eso no deja de sonar demasiado categórico, no crees.

Además, no quisiera empañar con esta otra discusión tu estupenda entrada.

rinconete dijo...

Ejerciendo desde chico como hermano feo, estoy de acuerdo con magapola en cuanto a que el guapo es como aquel rico muy rico que siente que si no gana aun mas es que ha comenzado a perder. Mientras que el feo no solo carece de miedo sino que puede, con un poco de suerte y viento a favor claro, soñar con mejorar volviendose ¨interesante¨.
Ahora bien, habiendo padecido a Gael Garcia Bernal en Babel, me pregunto si no hubo en La Ciencia un doble error: la ausencia de Charlie y la presencia de Gael...

Anadja dijo...

Lloras como un bebé con una peli como "Hijos de los hombres" y "La ciencia del sueño" te parece la hermana fea...
Una vez más, lo primero que se me viene a la cabeza es: meloexpliquen... Y la explicación, supongo, reside en que tenemos sensibilidades diferentes.
Todos gustamos de ser categóricos, pero no hay que pasarse de la raya: para mí, la belleza no está en el orden, sino, en numerosas ocasiones, en todo lo contrario...
No hay más que fijarse en nuestras personalidades, a ti cualquier atisbo de desorden te espanta, mientras que yo vivo instalada en él,incluso me resulta teriblemente atractivo, muy a mi pesar...

Supongo que seré una ñoña, pero a mi sí me ha gustado "La ciencia del sueño", aunque no tanto como "Eternal Sunshine...". He disfrutado viéndola, me he reído, he llorado, me he enamorado de Stephane, y sobre todo de Stephanie. Gael García Bernal no se me hace insoportable, me da igual si es probable o no que exista realmente una persona así, no me cuestiono si sufre un trastorno (existe uno real relacionado con la confusión de realidad y sueño), seguramente tampoco existe ninguna Amelie Poulan, ni ningún George Bailey, ni un Monsieur Hulot, pero ¡qué mas da!.
Y que más da que Gondry ya usara lo mismo en nosequé vídeo de nosequién, ¿por qué no va a poder repetir el truco? ¿No son esas cosas las que definen a un "autor"?
Me encanta su empecinado romanticismo, sus olas de celofán y su máquina del tiempo. No me parece pueril, sino que me da ganas de volver a ser niña, de volver a jugar (nunca deberíamos haber dejado de jugar), de enamorarme de verdad, de esa forma tan brutal que te impide acudir a la cita con el amado en un café porque no puedes gestionar lo que estás sintiendo y adivinas la llegada de la gran hecatombe...

En fin, nunca llegaré a la profundidad de análisis a la que llegáis muchos de vosotros en vuestras críticas, mi acercamiento a las cosas es puramente intuitivo: me gusta o no me gusta. Podrá tratarse de una obra de arte en su género o de una basura que, para mí, así es.
Esta peli, me gusta. Bastante.

perez dijo...

a mi, personalmente, me gusto mucho mas la hermana fea. las peliculas cinicas ya me aburren, y si tengo que elegir me quedo siempre con la hermana fea si ademas de fea es inocente y la linda ademas de linda cinica. Por otra parte, la observacion de que la belleza esta en el orden me da un poco de escalofrios...

Anadja dijo...

Coincido absolutamente con Pérez, tanto que creo adivinar quién se esconde tras ese apellido "ratoniano"... No en vano, solemos estar bastante de acuerdo...

perez dijo...

no te hagas los ratones Anadja...

Anadja dijo...

Tan sólo era una intuición súbita...
Puede que me equivoque...
Te gusta el postre cuyo nombre significa literalmente "anímame, o tírame hacia arriba"?

perez dijo...

en fin, no se que significa literalmente Banana Split, pero en una acepción caprichosa estoy seguro que la relación entre la banana y el estado de ánimo es posible...

Anónimo dijo...

Dicen que la belleza es cuestión de proporción, que un par de milímetros pueden cambiarlo todo. Es curioso y como dices, afortunadamente un misterio. En cuanto a la dos pelis de Gondry que comparas, no había pensado en La ciencia del sueño como una 'hermana fea', sino como un 'precursor a posteriori' o algo así. Qué opinas?

Anónimo dijo...

a veces los dos hermanos son hermosos :)

Anónimo dijo...

Qué análisis tan pendejo... los mediocres apelan a las pel{iculas oníricas?? pfff que babosadas dices... pOR EL CONTRARIO, ser capaz de resolver una hisoria de este estilo no es nada fácil, y requiere o de grandes efectos especiales como matrix, o de elementos minimalistas pero originales y mágicos, como lo hace el autor. Si bien el guión no es lo suficientemente comlpeto como eternal sunshine - no lo discuto- cada uno de tus argumentos para resolver semejante analogía -interesante- resultan ser totalemten incoherentes e inversosímiles... suerte pal pr+oximo análisis, resentido