lunes, 16 de abril de 2007

El chándal

La Semana Santa tiene sus tradiciones y contradicciones: las procesiones y los atascos, las torrijas y el potaje, las películas bíblicas y los estrenos de temporada, las lluvias y el mal tiempo, el fervor y el exceso popular, las salidas y entradas, el número de muertos en la carretera, aunque siempre resucite el mismo, …Pero a mí lo que más me sorprende es el chándal playero (a través de los ojos de mi compañera de impresiones). Tratándose de una prenda deportiva y cómoda, su uso podría ser muy adecuado para unos días de asueto y relajo, pero a mi me indigna su utilización abusiva e indiscriminada. No hay respeto. El chándal es para hacer deporte. Y punto. (Como excepción, también es admisible uno pelotillero para holgazanear en casa.)

Llevéis chándal o no, una recomendación: La Noche de los Libros.

19 comentarios:

Scout Finch dijo...

El chándal es una horterada. Es para hacer deporte y ya está.

Nunca me ha gustado y nunca he entendido a la gente que se pasa el fin de semana vestida con él. Ahora que no hago deporte, ni siquiera tengo uno...

¡Vivan los vaqueros!

Anónimo dijo...

¿y el asunto es tan grave como para tratar como apestados a los chandaleros? Claramente desde un punto de vista estético es despreciable, pero ¿No son las zapatillas de deporte para hacer eso mismo y las llevamos todos con orgullo a ver cual es la más guay?
O las sudaderas, con o sin capucha?
Sinceramente nunca me he puesto un chandal, pero debe ser divertido ir al Corte Inglés a elegir el chandal más yonki...
Apuesto una cinta de pelo de color rosa fucsia a que veis a alguien con un chandal y lo primero que se os viene a la cabeza es que debajo sólo hay un paleto inculto y borrico. Eso, queridos amigos, es discriminación por aderezo.

Walter Kung Fu dijo...

Tienes razón OdilonRedon, aunque no creo que se haya tratado a los chandaleros como apestados, sólo como horteras. Es una cuestión de mal gusto. Es una práctica que yo, por lo menos, no comparto.

Esperemos que no se ponga de moda el chándal del mismo modo que las zapatillas deportivas. Me tendría que tragar mis palabras.

Cuando he querido comprar un chándal para intentar practicar algo de deporte me topé siempre con el mismo problema: son feos. Me regalaron un pantalón que no está mal, eso sí, de chica. Aún sin estrenar. No me dejaron.

Rfa. dijo...

Sería incapaz de ponerme el chándal para estar en casa. Cuando suena el despertador del sábado, me ducho y me visto como si fuese un día normal. ¡Con zapatos y todo! Aunque vaya a estar todo el día haciendo el perro.
En cualquier caso, aprovecho para lanzar una pregunta: ¿volverá el esquijama a la calle? Si lo hace, prometo sumarme a la moda. Siempre fui de aspiraciones modernetas.

Pat dijo...

Pues con chandal o sin él recojo tu recomendación, pero después de mi "éxito" de la noche en blanco y la noche de los teatreros, ya no espero demasiado de estas noches culturales.

Fliper dijo...

Pues yo sí soy de los de chándal para estar en casa. Además uno de mercadillo, con peloticas. Y tengo una sudadera a juego. Mi novia dice que cuando voy vestido así parezco kevin smith (si, tengo kilos de más). En cualquier caso yo daría otros usos al chándal: pasear al perro, especialmente si no tiene pedigrí, ir a comprar tabaco o a comprar el periódico. Todo esto si te queda cerca de casa.

d. dijo...

Hola Walter et al:
Leo estas cosas y me escandalizáis. Cito: "no hay respeto", "claramente desde un punto de vista estético es despreciable", "no creo que se haya tratado a los chandaleros como apestados, sólo como horteras", "es una cuestión de mal gusto", "sería incapaz de ponerme el chándal para estar en casa".
Empiezo por lo más formal o lo que es más de lógica. ¿No es una contradicción decir que el chándal pelotillero puede ser bueno para holgazanear en casa, pero indigno para las vacaciones? Creo que la gente en vacaciones esencialmente holgazanea, aunque sea en Cullera en lugar de en Madrid. Normal, pues, que la gente se ponga chándal.
Se alegará: ¿qué tipo gente holgazanea en vacaciones, en vez de irse a Malasia? La gente poco "cool", claro. La gente alienada, la que pilla el AutoRes para apretujarse ocho horas más tarde en MarinaDor; la gente que pide chopitos, los matrimonios que se sientan en una terraza con la abuela, con un chucho, con un niño que llora y otro que lo tira todo; la gente con menos cultura, sin tiempo para flequillo, Bolaño, all star y rockdelux... Lo que se llama gente, vaya.
Más cosas: Los prejuicios estéticos de cada cual, ¿no son una de esas cosas que se tienen pero no se dicen? Porque luego va el del chándal y es adorable y mucho más de verdad que uno. ¿No os alegra en un concierto ver a gente normal, y no todo fotocopias "indie"? Es tan aburrida la alternatividad.
Y para terminar: consuélame, Walter. Dime que no piensas eso. Que esta entrada la has escrito para sondear cómo somos de divinos los que te leemos con interés, y quizás, incluso, con chándal.

PS: Perdona por ir de íntegro, pero es que hay cosas que...

Anónimo dijo...

Para tu consuelo, d., hay quien reivindica el "chandalismo ilustrado" (Geko Tarner).

La cuestión es que lo que parece hortera del chándal es solo su parte de abajo, el pantalón, porque la parte de arriba mira que se ha llevado aquella azul marino con rayas blancas en las mangas que nos ponían nuestras madres...

Pero lo más de lo más del chándal es con tacones: ¡ole!

Walter Kung Fu dijo...

d., no llevar chándal no es sinónimo de divismo o de modernez, aunque tiempo al tiempo. No se trata de eso. Tal vez tenga más que ver con una desviación estética, incluso falta de educación. De hecho de pequeño no me dejaban asistir a clase en chándal a no ser que tuviera clase de gimnasia. El chándal (del fr. chandail, jersey de los vendedores de verdura, según la RAE) sirve para hacer deporte y poco más. Si hay gente que gusta de vestirlo cuando va a un restaurante o al cine en lugar de, por ejemplo, unos vaqueros allá ellos. A mi no me gusta. Y sí, me parece una horterada.

Más allá de la crítica estética quería reflejar ése síndrome generalizado que sufren aquellos que al aterrizar en la playa se calzan el chándal (aunque muchos ya lo llevan puesto incluso antes, sólo hay que ver las estaciones de servicio) y no se lo quitarán hasta que retomen su rutina habitual en la ciudad de origen. Mis preferidos son aquellas parejas que llevan el mismo chándal. ¡Qué empatía!

Para ser humilde reconoceré que tengo un chándal pelotillero, con lamparón incluido de dudosa procedencia, que sólo me pongo para estar en casa. Además, me considero una persona normal que intenta alejarse de posiciones cools y guays. De hecho, nunca he ido al FIB, ni al Primavera Sound, sólo una vez pisé el Low, el Neu!Club y el Ochoymedio, me tengo que poner traje y corbarta a veces, mis vaqueros no son de pitillo ni especiales, me compro la ropa donde todo el mundo o gente normal (léase Zara, H&M, El Corte Inglés,...), etc. Eso sí, tengo un sentido estricto de lo que me gusta, me compro religiosamente el RDL, tengo unas Converse, incluso el otro día, superando todos mis prejuicios, me compré unas Vans.

d. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
d. dijo...

Hola Walter:
Tú mismo me lo dices. La pareja que lleva el mismo chándal, qué empatía. En definitiva, qué monos, con su chándal, por la playa o en el leroy merlin. Ni tienen vans ni all star. No todo el mundo tiene que tener un estilazo. Ni las vacaciones significan lo mismo para uno que para otro. Claro que tienes un chándal con lamparones y que intentas alejarte de lo "cool". Y el ipod es una pijada que nos encanta a todos los que escribimos en blogs. Por supuesto que no es malo cultivar gustos refinados. Y te confieso que me da como pena una familia a la que ves comiendo el sábado en un chino de arroz tres delicias y rollito. Yo no me pondría un chándal para salir a tomar algo. Pero tú estarás de acuerdo conmigo en que no es tan abominable.
Mi chica ahora me dice que soy un talibán. Yo creo que moralista horrible me va mejor.
Perdona.
Muchos besos.

Walter Kung Fu dijo...

Tranquilo d., ya aclararemos esta conversación cuando tengamos la ocasión de conocernos y disculpame si mis pseudoopiniones te han podido ofender.

Rfa. dijo...

No sé cuántos pedazos de chándal hay ya en este post. Pero lo que sí que sé es que hay pedazos de tela. Claro, ¿cómo iba a ser, si todos os dedicáis a rasgaros las vestiduras? Ay...

Anónimo dijo...

Yo creo que lo del chánda tiene que ir con uno. A mí de joven (¡) me gustaba mucho hacer deporte, pero, fíjate, me llevaba el chándal en una mochila para cambiarme en la clase de gimnasia... ¡Llegaba siempre tarde a las clase de Historia! Y ahora no tengo, lo más parecido es un conjunto de pantalón ajustado y camistea de tirantes que m epongo para hacer yoga y unos pantalones "deportivos" para hacer marchas por el campito...

Anónimo dijo...

¡Dios mío! ¿Empezaremos a sacar trapos sucios! Ya que los hay con lamparones...

Anónimo dijo...

No entiendo tanto impedimento al chandal. No cabe duda que la idea original fue para el deporte, para mi es la ropa de manchar y romper sin pena.

Y me refiero a lo siguiente:

A mi me parece que es una horterada, además de muy incomodo ir de vaqueros, o bien vestido al colegio, ya que de muy pequeños, ya sea en clase o en recreos se juega mucho, incluso por los suelos, y se necesita ropa comoda y que no de pena ensuciar. Luego ya algo de mayor en los recreos se juega al futbol, y yo como que paso de hacerlo en vaqueros y mucho menos con miedo de mancharme o que se rompa la ropa (y sin contar la bronca en casa por ello).

Tambien esta que para estar sentado hay que tener ropa que no apriete en esa posición, y como que paso de estar soltando cinturon y boton (además a clase se va a aprender no a pase de modelitos).


Luego está la pijotería de los padres de llevar a los niños al parque con la mejor ropa, lo que obliga a solo pasear, no pueden jugar por que se ensucia o se rompe.

Anónimo dijo...

Yo me pregunto por qué las zapatillas de deporte no tienen tan mala fama como el chándal, sino todo lo contrario.

Anónimo dijo...

Yo en un principio llevaba el chandal en la mochila, pero eso era una salvajada (a los libros y cuadernos tenía que añadir el chandal, la camiseta, el pantalon corto y las zapatillas, vamos ni "la masa" podía con ello), al final cambie de idea.

Por aquel tiempo tenía gimnasia el viernes a la tarde, el lunes a la mañana y otro día más. Así que el viernes a la tarde ya iba en chandal a casa, el fin de semana normalmente lo pasaba en chandal (entre monte, jugar al futbol con los amigos y por que me gustaba). Los domingos a la noche me iba con el proposito de ponermelo el lunes para ir a clase, pero al final lo metia en la mochila, hasta que un día me anime,el resultado fue muy bueno, ya que había hecho algo que quería, la mochila pesaba mucho menos y encima podía jugar, en el recreo, al futbol sin miedo a mancharme ni romper la ropa, además que con vaqueros es muy incomodo.

Con lo que a partir de ese día fui siempre en chandal a clase.

Y es que lo importante es estar comodo, como se dice a clase se va a aprender no a pase de modelos, y a mí que me apriete el pantalon me saca de quicio.

Anónimo dijo...

Yo en un principio llevaba el chandal en la mochila, pero eso era una salvajada (a los libros y cuadernos tenía que añadir el chandal, la camiseta, el pantalon corto y las zapatillas, vamos ni "la masa" podía con ello), al final cambie de idea.

Por aquel tiempo tenía gimnasia el viernes a la tarde, el lunes a la mañana y otro día más. Así que el viernes a la tarde ya iba en chandal a casa, el fin de semana normalmente lo pasaba en chandal (entre monte, jugar al futbol con los amigos y por que me gustaba). Los domingos a la noche me iba con el proposito de ponermelo el lunes para ir a clase, pero al final lo metia en la mochila, hasta que un día me anime,el resultado fue muy bueno, ya que había hecho algo que quería, la mochila pesaba mucho menos y encima podía jugar, en el recreo, al futbol sin miedo a mancharme ni romper la ropa, además que con vaqueros es muy incomodo.

Con lo que a partir de ese día fui siempre en chandal a clase.

Y es que lo importante es estar comodo, como se dice a clase se va a aprender no a pase de modelos, y a mí que me apriete el pantalon me saca de quicio.