domingo, 10 de junio de 2007

Una voz acondicionada

Siempre he querido tener otra voz, una voz más grave y varonil. No es que tenga una suave o infantil, pero nunca me he gustado cuando escuchaba mi voz. Parecía que no era mía. Que no era yo. No podía hablar así, tener esa voz.

Ahora, y desde la semana pasada, tengo otra. Durante los primeros días de mocos y estornudos estaba feliz, mi voz había mutado, más serena, tenía otra cadencia y sonoridad. La tos, el dolor de garganta de las mañanas y la congestión lo habían conseguido. Cuando descolgaba el teléfono sentía el placer de dar unos sonoros y seguros buenos días.

Unos días después, mi nariz me sigue picando, quizá más por las irritaciones y costras arrastradas, no me he recuperado del constipado ayudado por los potentes aires acondicionados de esta ciudad y, por desgracia, mi voz sigue sonando diferente a como yo quiero.

No queda otra, continuaré con esta voz de grabadora y seguiré fumando una temporada para comprobar como opera en mi garganta tanta sustancia malsana y maligna. Aunque el resultado tampoco será el que deseo.

6 comentarios:

Alis dijo...

Desde luego, si un día aparecieras hablando como el señor de la foto, te puedo asegurar que la risa sería generalizada... ¡A mí me gusta tu voz como es, Walter!

Alis dijo...

...pero deja de fumar ya, hombre...

Anónimo dijo...

Yo siempre he querido cantar bien. La voz dice de nosotros, pero no tanto cómo suena sino como la modulamos, las pausa al hablar, el enlace entre las palabras... La radio siemrpe me ha gustado porque encuentro algo en la voz, un no sé que, una parte de nosotros a la que no atendemos normalemente y en la radio no tienes más remedio que centrarte en ella.

Rfa. dijo...

Hombre, Walter, a mí también me gustaría tener el chorro de voz de Constantino Romero. Pero si para ello tengo que tener la misma cara (o sea, renunciar a mis rizos azabache estilo Luis XIV), prefiero seguir por el mundo con mi voz de idiota mal crecido, pero con melena.
Otra cosa es lo de los aires acondicionados. ¿Cómo es posible que se me cuezan los pies y se me pele el cogote al mismo tiempo? Chanclas y manga larga en verano: manda huevos.

Anónimo dijo...

Cuando alguien escucha su voz, por lo general, nunca se reconoce. Es horrible.

n. dijo...

Je, je, estos días he estado tonteando con el GarageBand y he decidido que no voy a volver a abrir el pico. Es terrible oir tu voz grabada, creo que nadie se acostumbra nunca. Y es una putada, porque creo que casi toda la personalidad está en la voz. Y no hay cirugía para eso, snif...