miércoles, 26 de marzo de 2008

R.I.P.: Rafael Azcona

Rafael Azcona, dicen que el mejor escritor («Escribo guiones porque me resulta más fácil que escribir novelas») del cine español, murió el pasado lunes en Madrid. Casi siempre fiel a su deseo de anonimato y al alejamiento del escaparatismo de la vida pública antes de morir nos honró con la última prueba del humor que adornó toda su obra: que no se hiciera público su fallecimiento hasta que no fuera incinerado.

De sus múltiples contribuciones para la cinematografía, durante más de cuarenta años, tengo muy claro cuál es mi película favorita. Sin duda, el primer lugar del podio estaría ocupado por Plácido (1961), dirigida por su compañero de venganzas Luis García Berlanga. En Plácido la mala leche y la ironía se disimula bajo una fina capa de humor y costumbrismo español de posguerra. Pero tampoco deberíamos olvidar El pisito, El cochecito, El Verdugo, La Trilogía Nacional, La Vaquilla, El Bosque animado, Belle époque,...

5 comentarios:

n. dijo...

Primero Fernán Gómez y ahora Azcona, nos estamos quedando sin maestros... :( Si tuviera que elegir una sola de sus películas, creo que me quedaría con El verdugo, que te mantiene todo el rato con una sonrisa congelada. Gran tipo, grandísimo escritor.

Rfa. dijo...

De Azcona me gustaba que se asomaba al costumbrismo con una naturalidad y una ternura lejos de la arrogancia de los culturetas. En El País de hoy cuentan que los intelectuales de izquierdas le miraban por encima del hombro, y no me extraña. Por otro lado, Azcona representa la faceta grotesca y profundamente humana que, en mi opinión, mejor define al tipo español. Sí, lo sé, esto podría ser un tópico, pero es el tópico al que yo me aferro: prefiero sus pobretones simpáticos y contradictorios a cualquier sofisticación del españolismo.

NáN dijo...

Los de izquierdas (no intelectuales orgánicos) lo adorábamos.

Es difícil para mí, que tiendo al conglomerado, hablar de "preferidas". Pero diré una: El verdugo.

Pero más que por la película en sí, que es brutal como otras muchas, por cómo la vi. En aquella época estudiaba en Valencia y en uno de los cines del centro se hizo un pase "clandestino" a la una de la medianoche, al que acudimos todos los rojos de la ciudad. Era emocionante ver la ciudad vacía y pequeños grupos de dos o tres caminando por la acera como el que va de paseo un domingo por la mañana. Al llegar a la puerta del cine, unos pasitos nerviosos y para adentro: la calle se debió quedar vacía de nuevo.

De haberlo sabido, Azcona podía haber hecho un buen guión con la historia de los pequeños miedos. Lo que no entiendo, desde hoy, es si el pase clandestino se debió a una acción o a que tuvo problemas con la censura y tardó en estrenarse. ¿Alguien sabe algo de eso?

Pat dijo...

Tuvo problemas con la censura por el tema de la pena de muerte y creo que eliminaron algo así como 14 minutos.

Me quedé de piedra con su muerte, las últimas veces que le entrevistaron estaba muy lúcido y energético y no aparentaba su edad ni de lejos. Es verdad que con esas dos muertes desaparecen talentos de verdad y no modas impuestas al pensamiento único.

NáN dijo...

¡Gracias, Pat! Esa era la información que buscaba para justificar ese recuerdo.