martes, 27 de mayo de 2008

El Casas. Un bar vintage.

Venerado por algunos denostado por otros El Casas es una bodega de barrio de Alcorcón que se convirtió en nuestro centro de reunión social en los 90s. Y digo nuestro porque éramos muchos los que allí nos citábamos y nos encontrábamos para luego continuar nuestro camino. Allí había de todo: los parroquianos a pie de barra; los guapos y las guapas oficiales en primera línea, jugando en otra división; los cronistas sociales que iban a levantar acta; los malotes y su corte de féminas y acólitos siempre en profesión; los fumetas, no sólo los anteriores, escondidos en la oscuridad,.... Al bar sólo se entraba a pedir bebida o a mear. Se bebía afuera, bien apoyado en un coche bien situado en las cercanías, ya fuera al otro lado de la calle, entre los jardines o en la escalera. Era ésa época en la que sabías que las noches de fin de semana siempre se quedaba a las once en El Casas, para tomar unos tercios, unos cubatas a 200 pesetas o bien una botella de whisky en los alrededores. Daba igual porque, por un momento, todo orbitaba alrededor de El Casas. Después de las primeras bromas y chistes con los amigos, ya con las primeras copas tomadas, en cualquier instante aparecía La Timotei, Culo Bonito o Las pelirrojas movilizando las miradas de sus admiradores y rivales.

¿Mi mayor logro allí? Tirar contra el suelo una cornamenta, colgada de la pared, que se enredó en mi bufanda y que en su caída se llevó consigo la copa que acaba de pedir.

Hoy recibí la confirmación de lo que hasta hace poco parecía sólo un rumor: una convocatoria que circulaba por Internet para la reunión de antiguos tertulianos en El Casas, un bar de hombres, que será homenajeado el próximo 6 de Junio de 2008 por sus nostálgicos bebedores.

6 comentarios:

Rfa. dijo...

Ja, ja, ja. Yo estuve en el Casas alguna vez, y siempre me asombró la cantidad de gente que se juntaba en la puerta.
Los bares a los que uno fue cuando era teen dejan una huella imborrable. Algunos, los míticos de verdad, desaparecen con el acné. Y otros evolucionan para que, durante el resto de tu vida, te quejes de que "ya no es lo que era" cuando pasas por delante.
En Murcia teníamos un bar que se llamaba "Las Jarras", con camareros bien feos y unos montaditos picantes conocidos como "Reclutas". Estuve allí hace un par de meses y me impresionó ver que el dueño y los reclutas seguían existiendo. Todo estaba más limpio, pero igual. Fue un bonito retorno a la infancia, cuando me bebía los culos de las cervezas de mis amigos para ponerme "piripi".

Alis dijo...

Qué guay, este viaje a la adolescencia, Walter.
Me ha recordado muchísimo a la mía propia, aunque nosotros no nos reuníamos en un bar, sino en torno a una tienda de chuches (eran otros tiempos, querido, y ya sabemos que cada año los niños empiezan antes a ser adolescentes, según el EPS por lo menos...). La tienda se llamaba El Tony (no podía ser menos, en Moratalaz), y su dueño sostenía tener patentada la mejor salsa chimi-churri de patatas del mundo. No sé si sería el chimi-churri, pero congregaba increíblemente a todos los mozos y mozas en la edad del pavo del barrio. Nos las apañábamos para que nuestros 5 duros de entonces nos duraran toda la tarde, y estábamos en continuo revoloteo alrededor del Tony (oye, vamos a comprar un chicle que he visto a fulanito pasar por la plaza en dirección al Tony).
Los avistamientos se convirtieron más tarde en reuniones multitudinarias engullendo pipas en torno a una litrona, sentados en los coches delante de la tienda. Luego comprábamos allí las viandas para acompañar nuestros botellones en el parque, y luego... Luego la cerraron. Demasiados coches abollados, supongo.

NáN dijo...

¡Bares, qué lugares tan gratos para...!

Todos crecimos emocionalmente en ellos. Y pensar que nuestros abuelos (bueno, en vuestro caso bisabuelos y tatarabuelos) tuvieron ese crecimiento en las casas de compañía (no siempre para recibir servicios, no se crean, se iba a ellos mayoritariamente para beber y charlar). Ellos con la Paqui, Pepa, Conchi... y yo con Larios y Valdepeñas. Vaya corte generacional.

En fin, ¿y las chicas? Ya lo ha explicado Alys requetebién.

Anónimo dijo...

Se me ha pirado un super coemntario. Decía que yo iba en mi barrio a un bar llamado "El Leandros", donde una amiga y yo nos dejábamos los cuartos a 100 pesetas el botellín con tapa de de alitas de pollo o huevo frito con jamón, ya ves, todo un lujo ahora. Incluso nos quedábamos dentro ya echado el cierre junto con otros habituales. Allí sobre todo entre semana, locual es treméndamente peligroso... es que yo trabajaba los findes, así que... Así estoy.

María Rogel (Lapor) dijo...

vaya tela con El Casas! siento no poder decir que haya estado y que forme parte de la leyenda. una duda: "vintage" vale como sinónino de casposillo?????

Walter Kung Fu dijo...

Vintage me parece un término tan ambiguo que lo utilizo con cierta libertad, ironía incluida. No tanto por el bar sino por el término en sí.