mikto kuai:
Recuerdo con gracia una entrada que estaba preparando y que finalmente no publiqué, ¿razones?, supongo que pensé que no estaba a la altura de algo leíble. En clase de alemán hablamos un día de desayunos típicos en nuestros respectivos países, y yo hablé del chocolate con churros. Me dió un ataque de morriña culinaria y fui después de clase derecho al mercado turco al lado del canal, buscando aquel puesto de churros. Hoy he vuelto a leer el comienzo de esa entrada perdida en polvo, y me ha hecho sonreír. Se llamaba Ponga un churro en su vida, y comenzaba así:
"Los churros son estupendos, los buenos claro. Esos que están hechos con mucho cariño. Esos que tienen su punto adecuado de grasa y están dorados cual joyas bañadas en oro, quilates, auténticos quilates (...)"
Magapola:
Siempre he querido publicar un post sobre Serge Gainsbourg, de hecho tengo algo escrito. El hecho de que no lo haya publicada son mis elevadas pretensiones de que sea un post maravilloso, elegante, digno de un hombre con tanta personalidad, que vivió como quiso y al que envidio hasta sus borracheras. El caso es que es un post donde mezclo el erotismo de sus canciones con el que reflejan los dibujos de una serie de ilustradores en unos volúmenes dedicados a su producción musical. Todo mezclado da la sensación de envolverte en el mundo de sus letras, de sus chicas, de su voz. También es que el texto que tengo medio preparado es larguísimo y todavía me queda por escribir. Creo que nunca lo terminaré porque siempre habrá algo de él que quiera contar
Rfa.:
Desde el día cero de mi vida blogueril he sentido el deseo de escribir algo sobre La Regenta de Clarín. La historia del cura machote al que se le enreda la hombría en las faldas de la sotana siempre ha sido una de mis favoritas. Pero... ¿qué contar en un post? Básicamente me gustaría hablar del primer capítulo de la segunda parte, que transcurre durante la típica representación del Tenorio en la Noche de Difuntos. Los que me conocéis bien sabéis que siempre rompo lanzas a favor de las viejas tradiciones, especialmente cuando se trata del Día de todos los Santos. También me gustaría explicar la importancia estructural de ese primer capítulo dentro del conjunto de la novela, a ver si conseguía que todos vosotros flipáseis y tuvieseis ganas de empezarla. Pero es precisamente ahí donde siempre me freno. ¿Realmente le interesa a alguien saber por qué La Regenta es un libro tan bueno? En Sindrogámico, además, me gusta asumir el rol de tipo frívolo y tontorrón, por lo que un post sesudo quedaría fuera de lugar. Así las cosas, supongo que ésta será siempre mi Cara B, ese texto condenado a quedarse eternamente a punto de ser escrito.
n.:
Por mucho que en ocasiones intentemos escondernos detrás de un personaje, al final nuestra personalidad acaba colándose en nuestros textos. Así, sólo con leerlos podemos imaginar que Rfa. es un observador punzante y un estajanovista, o que Walter Kung-Fu tiene el poder de dar vida a los pequeños detalles, o que Magapola es un espíritu fresco y juguetón, o que Mikto Kuai es un romántico y un detallista. Yo, por mi parte, he trasladado al blog mi tremenda capacidad para dejar a medias todo lo que empiezo. En mi carpeta de borradores duermen continuaciones a series como las de "Grandes personajes" (ahí andan a medio hacer Omar Little, de "The wire" o Barney Stinson de "How I met your mother"), la serie de un capítulo "Segundo plano", que iba a celebrar en algún momento a personajes secundarios como "Screech" Powers (con referencia incluso a su penosa película p*ornográfica) o al padre de "Aquellos maravillosos años" , o un "Sesión doble" que nunca cuajó y que enfrentaba dos películas tan cercanas y tan lejanas a la vez como "El orfanato" y "Casper". Ah, y además una glosa bastante documentada a uno de los más grandes comunicadores que ha dado este país: Íker Jiménez, que quizás algún día la termine. Quizás haya sido falta de interés propio, o el miedo a la falta de interés ajeno. O quizás esta estúpida manía de dejarlo todo a me
Anadja:
¿Referencias? Sí, gracias.
Es el eterno debate, que es antes, el saber o el hacer… Antes de ambos es indiscutible, está el "savoir faire", pero es este otro tema que, por el momento, no nos ocupa…
Hablar aquí, en un escaparate de referencias como es Sindrogámico, de la importancia de las mismas resultaría demasiado obvio; sí, las referencias son necesarias. También quería pasar por alto el hecho de que atesorarlas obedezca a una necesidad y sobre todo, sea un placer. Hablar del exceso de acumulación de referencias o de lo que sea, al que nos vemos abocados por esta sociedad de lo efímero, me da pereza y seguro que acabaría violando la ley de Goldwin… La cuestión es, en cuanto a la creación artística se refiere, por llamarlo de alguna manera, hasta qué punto hay que detenerse e intentar saberlo "todo" sobre la materia antes de lanzarse a la acción, al hacer, al crear.
Walter Kung Fu:
Son muchos los textos que se han quedado sin publicar, sin ser comentados y discutidos. Tengo borradores e ideas a medio desarrollar repartidos entre mi cerebro, el ordenador de casa, el del trabajo, en Gmail y en el correo del trabajo, que a veces recupero y finalizo, o que incorporo y mezclo en otra entrada. En mi caso, me hubiera gustado publicar algo acerca de Paquito el Chocolatero. No haberle dedicado suficiente tiempo, no haber sabido como enfocar mi acercamiento a este pasodoble o que ya fuera noticia, me obligaron a posponer una y otra vez su publicación. Paquito el Chocolatero no sólo es un tema popular que me gusta y me emociona, a pesar de lo básico y repetitivo de su estructura, sino que es obligatorio e ineludible su inclusión en la banda sonora de nuestras vidas, una especie de Yesterday cañí que genera un hermanamiento y complicidad entre los presentes y que te acompaña a lo largo de toda la existencia. Además, su primitivo baile conlleva que su disfrute sea proporcional a la cantidad de alcohol ingerido. Sin duda, todo un clásico.
También hubiera querido hacer algo más con mi querido Paco Frontera.