lunes, 20 de octubre de 2008

Tendencias (de otoño)

De toda la vida: los pesaos
No hay nada más triste que alguien que debiera pasar desapercibido quiera acaparar todo el protagonismo que no le está destinado. Por ejemplo, el árbitro que pitó el pasado Atlético de Madrid - Real Madrid (1-2), el cual no sólo demostró su incapacidad para conducir un derby de estas características (no acertó con las expulsiones, anuló goles legales, cortó jugadas innecesariamente y otras aberraciones que privaron de ritmo al partido) sino que acabó reclamando para sí toda la atención de las gradas y de las cámaras durante unos pocos minutos de fingida lesión. Si Warhol levantara la cabeza…

Es actual: las capuchas
Pensaba que la tendencia de este otoño sería la de ir por la calle con el casco puesto y sin moto, sin embargo parece que no, que este otoño la cabeza ha de llevarse cubierta con capucha. Ir encapuchado ya no es exclusivo de hiphoperos, nazarenos y bolígrafos, pues ahora los demás también podemos llevar calientes las orejas. Supongo que en Barcelona ya está normalizada esta práctica pero en Madrid, donde vamos más despacio para estas cosas, no tardaremos mucho en implantar el Berlín style. Cuidado, tiene el efecto secundario de hacer nuestro caminar más intimidatorio para el resto de los conciudadanos.

Lo será: los conciertos de bajo coste
Antaño uno tenía la obligación de que el último disco comprado le acabara gustando, escuchándolo las veces necesarias hasta que desapareciera la sensación de una mala inversión. Con el MP3 y el P2P todo cambió. Después del empacho musical quisimos ver esos grupos descargados en concierto pero sobrevino la hecatombe de los festivales. Para el futuro confío en que dominen los conciertos de bajo coste, en salas pequeñas y sin público mercenario, aunque la escasez de salas y de curiosidad musical lo convierta en una quimera. Así que mantendré OH (Ohio), el último álbum de Lamchop, en mi reproductor hasta su venidero concierto de salón.

7 comentarios:

Fini Calviño dijo...

jajajajaj si...

LA DESGRACIÁ dijo...

me encantan las capuchas

Rfa. dijo...

A mí la capucha me inquieta porque cuando me la pongo no puedo oir nada y es una sensación desagradable. Al final siempre acabo sacándome las orejas, lo cual me hace parecer un dibujo animado (bastante feo). Eso sí: estaría dispuesto a lanzar una campaña contra todos los que mordisquean las capuchas de bolis y las dejan convertidas en guiñapos. Y sería especialmente duro con los que lo hacen en la oficina, con las capuchas de bolis que pertenecen a todo el mundo. ¡A muerte con ellos!

Anónimo dijo...

En Irlanda todo el mundo usaba capucha, algo que còpié y me compré una sudadera con capucha, con una muy grande. Las de aquí me he dado cuenta de que son pequeñas, casi de adorno, allí es que son útiles para cuando empieza a llover.

Toda la razón en los "pesaos".

Bonita del Norte dijo...

mmm a mi no me van mucho las capuchas a no ser que llueva soy mas de gorro... mmm en cuanto a los conciertos totalmente de acuerdo... a ver si se abaratan... la sala pequeña da mucho más juego creo yo...

mikto kuai dijo...

Los árbitros. Walter, qué bien que por un día (y sólo un día, normalmente es lo contrario) el árbitro se equivocó con el Madrid... (palabra de atlético :P). Esos sí, somos tan pupas (o más bien torpes) que ni lo sabemos aprovechar :D

Las capuchas. Desde que disfruté de Berlín durante meses descubrí que las capuchas son maravillosas para el frío (sobre todo si vas en bici) y para la lluvia. Desde entonces para mi ya nunca serán un mero artefacto estético. Y a algunas tías les quedan tan bien...

Los conciertos. Yo ya he cogido carrerilla y estoy que no paro con los conciertos en ese rango de 8-15 €, con resultados de lo más satisfactorios. ¡Viva la música buena a precios razonables! Y no me atrevería a decir que iré a ver a Lambchop cueste lo que cueste, pero de una vez por todas tengo que ver a estos tipos. Grande OH (Ohio).

Walter Kung Fu dijo...

Me temo que a veces también yo me convierto en un pesao.

Respecto a ir encapuchado, no sólo no oigo sino que tampoco veo. Lo cual me incomoda bastante. Así que sólo utilizo la capucha para la lluvia. Para el frío, gorro y bufanda.

Hay un buen ejemplo de concierto de bajo coste esta semana, pues martes y jueves estarán tocando un gran grupo, Experience, en una sala pequeña, Fotomatón y posiblemente con escaso público. Claro que Experience no sale en las revistas de tendencias. Mejor para los asistentes.