viernes, 6 de febrero de 2009

Tendencias (de invierno)

De toda la vida: el prospecto
Pocos son los objetos que han permanecido inalterables en el tiempo, manteniendo su funcionalidad original y careciendo de sustitutivo tecnológico, como por ejemplo el papel higiénico. Sirve para lo que sirve y ya está. No se discute. Luego están aquellos que con similares características nos hacen la vida un poco más incómoda, como el prospecto de los medicamentos. Ya es mala suerte que casi siempre que se abre la caja de medicamentos lo primero que aparezca sea la doblez del prospecto bajo el que se esconde el alivio a nuestros males y que nos hace perder el tiempo repitiendo la misma acción por el otro lado de la caja. Y la historia siempre se repite. Una y otra vez.

Es actual: rolling tobacco
Pensaba que lo más snob en la actualidad era tomarse el gintonic con pepino y ginebra Hendricks, pero no, ahora lo que se lleva es fumar tabaco de liar, siendo sorprendente que lo snob comience a ser barato. Es fácil comprobar que las barras y mesas de los bares ya no sólo están ocupadas por cañas y platos de aceitunas, sino que ahora también habitan en ellas las bolsas de boquillas OCB y el paquete de Golden Virginia. Sus ventajas son que no huele tan mal (lo cual te evita salir al balcón a fumar), es más barato (ay esa maldita Crisis) y sabe mejor. Su principal desventaja es que tampoco es un cigarrillo al uso.

Lo será: yomeespio
Después del escarnio de la prensa rosa y los realitys, del exhibicionismo bloggero, del cotilleo de Facebook, de los espías de nuestra elegante "clase" política, del control que ejerce Google sobre nuestras actuaciones en La Red, los sold-out de los conciertos, parece que lo más indicado para el futuro será espiarse a uno mismo. Será algo más que un ejercicio sincero de conocimiento propio, algo que en el mejor de los casos sólo consiguen unos pocos, para así disponer de la coartada perfecta cuando seamos espiados por los demás. ¿Tiene sentido? No. Pero ¿qué nos queda ya?

5 comentarios:

NáN dijo...

por lo que respecta al prospecto, no es mala suerte que se abra por ahí: es que la parte por donde parece fácil abrir (la otra se nota que vamos a hacer una carnicería de cartoncillo, es la que usan para poner el prospecto y no tengamos excusa para no leerlo.

Con respecto al yomeespío, lamento desilusionarte pero eso ya lo instituyó el fundador de los Jesuítas (San Algo Noséqué), que obligaba a que todas las noches se hiciera un examen de conciencia, no inferior a una hora, repasando todos los detalles del día.

(eso sí, sin dejar huellas digitales acusadoras, como hacemos nosotros).

Walter Kung Fu dijo...

Amigo NáN, eres infalible.

Respecto al yomeespío intentaba ir más allá de la reflexión y del examen de conciencia. Estaba claro que intentaba hacer un chiste, pero además pensaba en lo desacreditado que está espiar en estos momentos. Y cada vez más, que es lo peor.

mikto kuai dijo...

Los prospectos... esos papelitos que siempre están llenos de mil y una indicaciones, son imprescindibles si de medicamentos hablamos, eso sí, son un arma perfecta para volver locos a los hipocondriacos o semi-hipocondriacos.

El tabaco de liar me pilla de lleno. Como bien dices no huele tanto (ni genera tanto humo), sabe mejor (depende de la marca, y es más húmedo, sobre todo el Golden Virginia, porque hay otros que son bastante secos), es más barato, y yo meto en sus ventajas tu principal desventaja: no es un cigarro al uso (los cigarros de cajetilla, con su sequedad, sus edredones -con sus aritos- en lugar de papel, acondicionados para su eterna combustión y su sabor hacen que ni me plantee el fumarlos, ni siquiera si por un casual me he quedado sin el mío de liar). Dos cosas más que me gustan de este tabaco: el ritual de liarlo y que el cigarro una vez encendido te espere si por lo que sea no lo estás fumando (si usas claro papel que no tenga esos aritos "OMeDescapullasONoMeApagaNiDios").

Yo es el único tabaco que fumo y he fumado (me refiero a estrictamente tabaco con tabaco, aunque incluso el tabaco condimentado lo prefiero de liar también), si sólo existieran las cajetillas de tabaco no fumaría... vaya, no fumaría tabaco a secas. Recuerdo que hace muchos años, [modo abuelo cebolleta ON] haya por principios de siglo, en algunos bares de Madrid me invitaban a dejar los sitios alegando la prohibición de drogas ilegales... "caballero, esto es SOLO tabaco de liar". ¿Ahora resulta que es snob? Pues vaya. No seré yo quien me sienta aludido :)

¡NáN!, ¡yo me espío a la manera de los Jesuitas! :O Eso sí, ni soy jesuita ni religioso, y con quince minutos voy que chuto, una hora me parece excesivo, a eso se le llama obsesión.

Joder, menudo ladrillo. Últimamente la palabra escueto no entra en mi diccionario, o no digo ni mu o me pongo en modo rolloquetecagas.

June Fernández dijo...

El tabaco de liar tiene su rollo y estoy de acuerdo en que todo son ventajas. Yo soy fumadora social de Chester, y sé que debería pasarme al de liar, pero me da una pereza brutal. No he liado un porro en mi vida, y no se puede decir que haya fumado pocos. Sin embargo, coincido en que se está convirtiendo en algo bastante snob. Claro que coincido en que ojalá todas las modas salgan tan baratas.

El autoespionaje mola. Auto Gran Hermano. Podríamos ponernos una cámara en casa para grabarnos a lo largo del día, ¡y por la noche observarnos!.

chicoutimi dijo...

A mí también me gusta el tabaco de liar, pero en mi caso salía caro! Al fumar ocasionalmente, unido a lo mucho que duran los cigarrillos de liar (ya lo ha apuntado mikto) aunque sean más finitos, se me acababa quedando seca la bolsa y tenía que acabar tirándola! (Aún así creo seguía siendo casi más barato que los de cajetilla, pero es que me da una pena tirar cosas sin usar...)
Pero estoy con mikto, casi mola más liarte el cigarrillo que fumártelo!